Familia.
El eco de esas dos palabras bastaron para que su corazón iluso sintiera la calidez de un abrazo en donde sus heridas se cerraban como si de arte de magia se tratase.
Jimin tragó su saliva, antes de que pudiera responder, el timbre volvió a sonar así que el castaño se levantó a regañadientes. Con el miedo colándose en sus huesos, se puso de pie y fue directo abrir la puerta.
—¿Y ahora qué?
—Buenos días Jungkookie —dijo sonriente mientras intentaba besar la mejilla del castaño pero este se apartó antes de que pudiera hacerlo, Yugyeom lo vio de mala manera pero no quitó su sonrisa—. Vine para que nos fuéramos juntos a la empresa, necesito hablar con Namjoon algunas cosas.
—¿No pudiste ir a su casa? ¿Llamarlo? ¿Por qué vienes aquí? —preguntó con fastidio sin dejar entrar al otro.
—Que humor... dime, ¿no irás a trabajar? Se está haciendo tarde y sigues con ese aspecto tan... —su atención se desvió hasta el interior de la casa, en donde observó algunas cajas que contenía comida y sabía bien que Jungkook no era fan del ajo, tanto que no dejaba que ninguno de los chicos comiera eso cerca de él. Pero justo tenía una caja que contenía pan de ajo.
Miró con la interrogante puesta en su expresión pero Jungkook tan solo lo ignoró.
—¿Tan brillante? Si, ¿sabes qué? Soy el jefe y me voy a tomar el día, tengo asuntos más importantes que hacer, así que adiós Yugyeom —cerró la puerta suspirando y caminando nuevamente a la habitación.
Sorpresa la que se llevó al no ver a Jimin en la habitación.
—¿Jim? —llamó creyendo estaba en el baño pero no fue así—. ¡Jimin! ¿Estás ahí? —seguía sin obtener respuesta hasta que escuchó caer algo en la cocina, casi corrió hasta allá y se permitió respirar con alivio al verlo.
—Hola Kook —saludó tímidamente.
—Ven aquí —abrió sus brazos recibiendo al rizado entre ellos—. ¿Cómo te sientes?
—Me duele un poco la cabeza pero estoy bien, escuché a Yugyeom y antes de poder ir y golpear su rostro me vine a la cocina y preparé algo rápido para desayunar.
—¿No tratas a los demás con amabilidad Park? —bromeó viendo su plato con un sándwich y frutas cortadas en trocitos a los lados.
—Depende de quien sea.
—Eres todo un caso —se burló con cariño. Sus nervios se hicieron presentes al darse cuenta lo que había dicho hace un momento atrás y que no ha recibido respuesta alguna de parte de Jimin, pero tampoco quiere presionarlo.
—Bueno, creo que me iré, aún tengo tiempo de llegar al trabajo jefe.
—¿Te irás? —ni siquiera fingió que eso no le había causado tristeza.
—Si, necesito el empleo y el dinero para poder terminar de pagar el préstamo que me diste y de paso dar inicio a mi restaurante —dijo tranquilamente besando los labios del castaño.
Tenían sus ojos cerrados, nada más sintiendo la cercanía del otro.
—Jimin...
—Yo también —dijo interrumpiendo al otro, el corazón de ambos se aceleró al igual que sus respiraciones.
—¿Tú también, qué? —preguntó para estar seguro de si era lo que pensaba.
Jimin tan solo besó sus labios y salió de la cocina, tomó sus cosas y salió de la casa del ojiazul quien quedó de pie queriendo recomponerse.
¿Qué había sucedido?
Jimin tenía un conflicto en su interior. Estaba feliz por lo que había escuchado pero estaba esa espinita de inseguridad respecto a Yugyeom. Se sentía dichoso, pues el hombre que él ama le había dicho te amo hacía unas horas.
Por supuesto que quería decirle te amo de vuelta pero pensó en algo mejor, más o menos según sus cálculos en un mes tendría todo listo para inaugurar su nuevo lugar. Empezar de cero costaba pero para él que tenía el apoyo de sus seres queridos le daba cierta ventaja.
Pensó que ese momento sería uno de los más importantes en su vida y que mejor que declararle su amor al hombre que también lo ama. Sonrió por lo que planeaba hacer. Sin ser consiente que la vida a veces tiene otro planes.
✧✦✧
Jungkook desayunó lentamente, después de que Jimin se fue, pensó que no debía apresurar las cosas. Así que si el rizado con toda y resaca tenía actitud y motivación para ir a trabajar él también iría.
Llegó a la empresa y saludó a todos como siempre, pero antes de ir a su oficina caminó hasta la oficina de Jin, sabiendo que cierto morocho se encontraría ahí.
—¿Podrías tocar? —se quejó Namjoon separándose de Jin quien lo tenía sobre el escritorio mientras se besaban.
—Da igual, necesito hablar con ustedes.
—Podrías encontrar una escena no apta para ti —bromeó el ojimarrón.
—Lo que menos me importa ahora es verlos teniendo sexo, ahora mi cabeza está puesta en que le dije te amo a Jimin —confesó soltando todo el aire que había retenido.
Sus dos mejores amigos se quedaron en silencio sin saber que decir exactamente.
Pues hace mucho que Jungkook no se enamoraba de nadie.
—¿Y eso es malo por qué...?
—Porque él no me respondió, no sé si la cagué.
—¿Puedes decirnos qué sucedió?
Jungkook les contó lo que sucedió desde la noche anterior que fueron a su casa. Obviando la parte en la que hicieron el amor pero no hizo falta contarlo, sus amigos lo sabían.
Les contó cuando le confesó que lo amaba y como actuó el rizado
—Bueno, no puedes darle libre al chef cada vez que quieras, ¿piensas dejar que nos matemos de hambre?
—Jin tiene razón, además recuerda que él puede renunciar en cualquier momento, está por abrir su negocio, ¿lo sabes verdad?
Jungkook sintió como si un balde de agua helada caía por sus hombros. Lo había olvidado, en su mente Jimin tendría su propio negocio pero seguiría en la empresa, ¿cómo no pensó bien todo? ¡Mierda! Pero eso no era impedimento para amarlo, ¿o si?
—Honestamente no pensé en eso —se sintió frustrado un momento pero pensó en que eso haría feliz a su chico.
—Pues deberías ir haciéndote la idea, la semana pasada fue a mi oficina a decirme que debo buscar un nuevo chef, ¿no te lo dijo? —contó Namjoon.
—Supongo que no sabe como hacerlo —comentó Jin.
—Voy apoyarlo, aunque nos quedemos sin buena comida aquí, nos tocará viajar hasta Boseong si queremos comer lo que él hace.
—Recuerda que este fin de semana vamos para allá.
—Vaya, Jeon Jungkook el hombre que no movía ni un dedo por nadie conduciría hasta otra ciudad por comer lo de su novio.
—No es mi novio idiota.
—Pero deseas.
Jungkook tan solo rodó sus ojos. Iba a ser una larga semana de trabajo. Necesitaba distraerse antes de volverse un loco de amor por Jimin.
✧✦✧
La semana pasó rápido, Jungkook y Jimin seguían manteniendo sus encuentros casuales. Ninguno de los dos habló más del tema acerca de sus sentimientos por lo que sus momentos de sexo, eran rudos.
Tal y como dijeron, Namjoon, Jin, Taehyung, Jungkook y Jimin iban en sus vehículos directo a Boseong, a casa del rizado.
El viaje fue tranquilo, Jungkook llevaba en su auto a Jimin, claro que se detuvieron un momento para tener una serie de besos, esos que no podían darse delante de nadie. Aunque en realidad jamás se han besado delante de los demás o han tenido otro tipo de manifestación de afecto en público.
Jin y Namjoon en el auto del ojimarrón y por último Taehyung, quien viajaba solo.
Los Park estaban encantados de poder conocer a los amigos de Jungkook quienes no han dejado de mostrar la amabilidad y el cariño hacia su pequeño hijo.
—Bienvenidos todos.
—¡Mami! —gritó el rizado yendo a los brazos de Sooyeon.
Recibió el abrazo de cada uno, como las rosas que Jungkook le llevó, como un detalle por aguantar a dos cargas más en su casa. Todos disfrutaron del cálido recibimiento.
Jimin estaba maravillado de ver nuevas caras en su casa, siempre fueron cuatro, luego llegó Taehyung y Eunwoo. Ahora tuvieron que poner más sillas porque hay tres nuevos integrantes, estaba feliz de ver su mesa rodeada de lo que a este punto podía considerar familia.
—Entonces Jin y Namjoon son pareja y son tus mejores amigos —afirmó Yeongyu.
—Si, justo así.
—Trabajamos juntos también, en la empresa de Jungkook —comentó Jin llevando un pedazo de comida a su boca—. Definitivamente lo de cocinar bien lo sacaste de tu madre Minnie —halagó.
—Jimin desde que es un niño amaba verme cocinar, hasta que logró superarme en la cocina.
—¿Superarte mamá? Eso nunca, tú sigues siendo la reina en las comidas.
—Eso te hace a ti un príncipe —comentó el castaño tomando su mano, ambos se vieron unos segundos en donde se pudo apreciar el rubor en las mejillas del rizado.
—Sin olvidar a Hae, ella cocina muy bien —mencionó Jimin.
—¿Ella quién es? —preguntó Sooyeon.
—Es la mamá de Jungkook.
—Si, mi mamá no tiene la cantidad específica de nada, ella tan solo va probando la comida hasta que queda bueno.
Todos sonrieron por eso.
—¿Entonces lo de ustedes ya es formal? —preguntó Taehyung haciendo que todos posaran sus ojos en los dos chicos que parecían a punto de desmayarse.
—¿Qué? —preguntaron al mismo tiempo.
—¡Vaya que conexión! —dijo Jin asombrado.
—Si, lo digo porque ya se presentaron a sus familias y esas cosas formales, ¿quién lo diría no? Ustedes encontraron el amor mediante el...
—Taehyung —reprendió Yeongyu sabiendo que el mejor amigo de su hijo no tenía filtros para hablar delante de los demás.
—¿Mediante qué? —preguntó Sooyeon confundida, Yeongyu miró en advertencia a
Taehyung quien solo se sonrió viéndose inocente.
—¿Qué? Iba a decir que encontraron el amor mediante la comida, porque Jimin es chef en su empresa, ¿no es así? —dijo con diversión Taehyung haciendo sonrojar aún más a los dos amantes.
—¿Quién quiere postre? —interrumpió Jimin no sabiendo que responder realmente.
Nadie insistió, respetaron el cambio de tema y continuaron conversando.
Después de un rato, salieron a conocer un poco el lugar de origen del mejor chef que han conocido; según Jungkook.
Llegaron hasta el local de Jimin, quien con sus esfuerzos y apoyo de sus seres queridos lo sigue proclamando como suyo. Lo mostró sintiéndose orgulloso y feliz.
—Esto se ve increíble —halagó Namjoon.
—Definitivamente tiene buena presentación, quedará renovado en, ¿cuánto tiempo?
—Gracias Namjoon, y según mis cálculos en un mes más o menos Jin, estoy emocionado por esto.
—Sé que lo vas a lograr y podrás cumplir este sueño que tienes.
—Gracias Kook, fuiste el primero en darme la oportunidad de cocinar y eso siempre lo tendré presente.
Los dos rozaron sus dedos pero no hicieron el agarre de sus manos. Sonrieron y siguieron viendo las cosas del lugar.
—¿Cómo piensas colocar las mesas?
—Sería de aquel lado, quiero algo hogareño, algo que pueda costear también, además de que me gusta este tono que tienen las paredes, quiero flores por aquel lado, una silla larga y poner algunos libros —hablaba imaginándose como se vería todo.
Todos escuchaban atentos, Jimin tenía un brillo especial y eso hacía que el corazón de Jungkook se sintiera dichoso de poder amarlo como lo hace.
Luego de un rato, los chicos decidieron ir a dar una vuelta, pero esta vez Taehyung se encargaría de llevarlos por ahí.
Sooyeon y Yeongyu regresaron a su casa, ya que se encargarían de la cena. Quedando a solas Jungkook y Jimin.
—Todo te saldrá bien, ya verás —comentó abrazando por la espalda al rizado quien se acomodó sobre el pecho de su amante, mientras enrollaba sus manos en su cintura.
—Gracias Kook, espero que si —suspiró sintiendo el aroma del castaño.
—Por cierto, ¿no pensabas decirme qué debo ir buscando nuevo chef? —susurró cerca de su oído erizando la piel del otro.
—¿Cómo? —se giró hasta posar sus manos sobre el pecho del más alto quien no soltó su cintura en ningún momento.
—Namjoon —respondió, Jimin entendió sintiéndose mal de repente.
—Lo siento, no sabía cómo hacerlo.
—No te preocupes, sabes que no hay un contrato formal que diga debes estar por la eternidad a mi lado, es solo que, me hubiese gustado enterarme por ti, porque soy tan tonto que creí seguirías trabajando para mi aún teniendo este sitio.
—Tienes razón, es solo que he estado pensando mucho en la inauguración de esto, será una noche muy importante para mi y quiero que tú seas mi invitado especial.
—¿Yo? ¿Por qué?
—Tú fuiste la primera persona en creer que podía ser un buen chef contratándome en una empresa tan grande como la tuya.
—No me equivoqué, todos te aman.
—El punto es que, en otros lados no me confiaron eso, solo era mesero pero tú simplemente me diste el puesto sin pensarlo dos veces.
—Creo en tu capacidad Jimin.
—Justamente por eso, quiero que seas tú mi invitado de honor, fuiste la primera persona en creer en mi, sin mencionar a mi familia, incluyendo en el paquete a Taehyung.
—Sabes que lo haría las veces que fuesen necesarias, siempre voy creer en ti —dijo en voz baja juntando sus labios con los del rizado, quien gustoso recibió el beso.
Puso sus manos alrededor del cuello del castaño acercándolo aún más a él. Ese juego de ser amantes los llevó al límite de su cordura. Pertenecían a mundos diferentes, a camas diferentes y aún así se buscaban en la oscuridad hasta poder sostener la mano del otro.
Lo de ellos fue algo ilegal, algo que solo era vanidad de placer sexual, pero como dicen, sin querer la gente se enamora y eso fue lo que sucedió con ellos.
El amor tocó a sus puertas y ellos siendo débiles ante el otro, dejaron pasar ese mar interminable de emociones que crecían cada vez que estaban juntos.
—Eres el mejor chef del mundo Park.
—Y tú eres mi mejor cliente.
—Me tocará venir hasta acá por probar de tu comida y por probarte a ti —dijo dejando besos en el cuello expuesto del menor.
—Voy a extrañarte todos los días —jadeó.
—¿Si? Pero puedo renunciar a la empresa y dejar que tú me mantengas.
—Estoy seguro que es un buen plan.
Ambos se rieron ante sus locas ideas, se sentían satisfechos y completos. El silencio llegó pero eso no importaba, se sentían cómodos. Se besaron nuevamente, el rizado mordió el labio inferior del ojiazul haciéndolo maldecir.
Se separaron por falta de aire, conectaron sus miradas e iniciaron nuevamente a besarse de manera ruda, dejando que sus lenguas provocaran un chasquido exquisito.
—Siempre quise follar en un restaurante.
—¿Tienes más fetiches Park?
—Quiero que cumplas cada uno de ellos —bromeó, pero Jungkook si se lo tomó en serio.
El castaño lo tomó por los muslos haciendo que se colgara como koala en sus caderas. Lo sentó en un mesón que estaba cubierto por una enorme sabana blanca sin importar absolutamente nada.
—Te deseo tanto.
—Y yo seguiré esperando la parte en la que dices que no tienes encuentros número... ¿cuánto llevamos?
—¡Oh! Cierra la boca.
Volvió a besar su cuello dejando marcas en el, lo despojó de su camisa dejando un camino de besos y lamidas desde sus labios hasta llegar a sus pezones.
—Jungkook, ¡mierda! Te necesito.
—¿Ya quieres que te folle amor?
—Hazlo —jadeó.
Jeon sonrió, iba a tener sexo ahí con él, quizás enloquecer un poco sus hormonas en ese lugar no estaba mal. Comenzó a desabrochar su pantalón, dejando besos y leves mordiscos en su piel. Apretó el agarre en su cintura dejando la marca de sus dedos sobre su piel lechosa.
Retiró sus pantalones dejando más besos sobre sus muslos, apretaba y lamía cada rincón que podía. Jimin estaba sentado sobre el mesón con sus piernas abiertas dejando que Jungkook hiciera con él lo que quisiera.
Echó su cabeza hacia atrás al sentir el elástico de sus bragas golpear su vientre. Sintió la mano caliente de Jungkook envolver su miembro sobre la tela y él mismo comenzó a moverse queriendo más atención.
Jungkook lo miraba, sus ojos se oscurecieron en deseo y lujuria total. Ver a Jimin era ver el jodido paraíso del cual quería ser habitante de por vida.
Besó nuevamente sus pezones mientras acariciaba la erección del ojiverde quien se frotaba con movimientos de caderas contra la mano de su amante.
Jungkook sintió el pre semen, bajó las bragas con su boca y las retiró de un solo jalón, llevó dos de sus dedos a la boca del rizado quien rápidamente comenzó su trabajo de lamer y chupar sus dedos.
—Te ves tan malditamente caliente.
—Solo para ti.
El mayor lo miró un momento y acarició su mejilla, ser amantes casuales de una noche lo llevó hasta este momento. A estar necesitando oír la voz del menor, a que necesite verlo sonreír y follarlo hasta el cansancio y ese era el problema, nunca se cansaba de ser él quien tenga a Jimin de esta forma.
Sacó sus dedos de la boca del rizado y los llevó hasta su entrada, metió los dos dígitos de una sola vez. El rizado se aferró a su espalda arañándolo. Con desesperación retiró la camisa de Jungkook y besó sus clavículas, quería sentirlo más cerca, sentir su aroma, su sudor, su piel blanca, Jimin estaba encantado y obsesionado con el cuerpo de Jungkook que quería impregnarse en él y ser una sola pieza.
Los jadeos pronto se hicieron aún más presentes, Jungkook amaba escucharlos salir de la boca de Jimin. Era un egoísta que no quería que nadie más provocara todo lo que él logra hacerle sentir.
El castaño bajó sus propios pantalones, ayudó a Jimin a bajarse del mesón y llevó su miembro hasta la boca del rizado quien ya estaba de rodillas esperando paciente por lo que le tocaba. Aflojó su mandíbula y dejó que el ojiazul tomara el control de la situación agarrando su cabello y empujando con fuerza en el interior de su boca.
Jeon echó su cabeza hacia atrás dejándose llevar. El placer que sentía al lado de Jimin era lo mejor que había experimentado.
Alejó al menor de su miembro teniendo una imagen muy erótica que solo hizo querer proclamarlo como suyo una vez más y era justo lo que haría.
Se puso de rodillas a la altura del rizado quien tenía lágrimas en sus ojos y sus labios brillantes e hinchados, acarició su mejilla dejando un suave beso en sus labios. Sin despegarse de sus bocas, Jimin se acomodó en el suelo sin importar lo frío que estaba, Jungkook sobre él quedó, pero al ver como este se encogió ante el contacto de lo helado del piso, decidió ponerse de otra forma.
—Vas a montarme bebé.
Se sentó pegando su espalda en una de las paredes, Jimin pronto subió a su regazo, dejando entrar de una sola vez al ojiazul. Comenzó a moverse una vez que se acostumbró a la intromisión.
Jungkook lo ayudaba teniendo sus manos en las caderas del rizado, siguiendo el compás de sus movimientos. Los dos gemían gustosos de poder sentirse.
El castaño no perdió más tiempo y dio atención al pecho del ojiverde quien llevó su mano a la nuca de Jungkook para acercarlo más y no dejara de lamer, chupar y besar sus rosados pezones.
El rizado daba brinquitos certeros, sus movimientos siendo sensuales y placenteros.
Se besaron, se acariciaron, el sudor de ambos combinándose, sus aromas en fusión, todo el ambiente caliente los llevó a su clímax esperado.
Ambos llegaron a su orgasmo, mantuvieron los movimientos profundos pero de manera lenta, hasta que salió su última gota de semen.
Jadeantes por el cansancio. Se acomodaron en el piso queriendo regular su respiración. Compartieron miradas y sonrieron sintiéndose cálidos y con un torbellino de emociones por estar juntos.
—Hay que vestirnos antes de que alguien nos encuentre en estas condiciones.
—Tienes razón y no estoy deseando que alguien te vea —bromeó, ambos se pusieron de pie y comenzaron a vestirse.
—Jungkook.
—¿Dime?
—¿Me prometes que vendrás el día de la inauguración?
Jeon lo vio unos segundos, terminó de ponerse sus ropas y se acercó a él con una pequeña sonrisa en sus labios. Lo tomó por los hombros y alzó con dos de sus dedos su mentón.
—Estaré aquí Jimin, es una promesa —dijo y le dio un beso como sello de esa promesa.
—Gracias —susurró sobre sus labios.
—Gracias a ti, todo estará bien —se abrazaron un momento y decidieron salir a casa del rizado, pues Sooyeon ya les había dejado un mensaje que la cena estaba casi lista.
Los dos subieron al auto del mayor sin sentir un par de ojos sobre ellos.
Dongwook, la ex pareja de Jimin se escondía a cierta distancia observando a quien dañó más de alguna vez.
Sacó su móvil y marcó al número que tenía agendado como "KY"
—Justo acaban de salir, el hombre que lo acompaña en ese auto de lujo es justo como el de la foto que me dejaste.
—¿Estás seguro? ¿Viste a dónde van?
—Muy seguro, y se dirigen a su casa, conozco la ruta que tomaron, se dirigen a la casa de los Park.
—¿Algo más?
—¿Seguro es tu novio? Porque para que Jimin lo lleve a su casa es porque es algo formal, dudo mucho que sea solo el amante del rato como me dijiste.
—Jeon Jungkook es mío, tu ex novio solo es un muerto de hambre que lo buscó por dinero, ¿cómo crees que tiene ese estúpido local? Ahora seguirás observando sus movimientos y me mantendrás al tanto, averigua el día en que inaugure ese sitio.
—De acuerdo, y no te olvides de hacerme el depósito.
Dongwook tan solo suspiró, algo dentro suyo sentía que Jimin seguía siendo la persona dulce y desinteresada que conoció hace años pero justamente creyó que la gente cambia, así que puede que ahora sea un vividor.
No es que Jimin le haya hecho daño a comparación de lo que él le hizo, pero a él no le gusta ser humillado de ninguna forma, y desde que los Park lo demandaron, no ha logrado conseguir trabajo estable por la mancha en su expediente.
Aparte que muchas personas decidieron alejarse de él y darle la espalda.
Pero pronto se sacaría esa espinita de que logró quedar acabado por culpa de Jimin. Sonrió para sí mismo, su ex novio iba a sufrir las consecuencias de haberlo expuesto ante todos.
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